Un diagnóstico más común de lo que parece
En la actualidad, cada vez son más las parejas que se enfrentan al diagnóstico de infertilidad. Las razones detrás de este diagnóstico pueden variar: problemas de reserva ovárica, endometriosis, alteraciones en la calidad o cantidad del esperma, factores genéticos, entre otros. A veces, el diagnóstico se da sin una causa clara, con la etiqueta de «origen desconocido».
Independientemente de la causa, recibir este diagnóstico puede resultar en una gran carga emocional. Las expectativas de formar una familia y la profunda ilusión de tener un bebé se ven amenazadas, lo que puede generar mucho estrés y frustración.
El desafío emocional de aceptar el diagnóstico
Aceptar este diagnóstico no es fácil. De hecho, es un proceso emocionalmente complicado que puede ser más llevadero con el apoyo adecuado. Las parejas que deciden iniciar tratamientos como inseminación, FIV o ICSI, enfrentan un camino largo y difícil, no solo desde el punto de vista médico, sino también emocional y económico.
Por eso, es esencial contar con apoyo psicológico. La presión emocional que genera cada prueba, cada consulta y cada procedimiento puede ser agotadora. La ayuda de un profesional puede marcar la diferencia a la hora de manejar este proceso con más calma y claridad.
Hablar de lo que está pasando
A veces, el simple hecho de hablar sobre lo que estamos viviendo con seres queridos puede hacer que el proceso sea un poco más llevadero. Expresar nuestras emociones, pedir ayuda cuando la necesitamos y compartir nuestras preocupaciones no solo alivia, sino que nos conecta con quienes más nos importan. Es fundamental no pasar por este camino en soledad.
La importancia de no ocultar lo que sucede
Es natural que quieras proteger a tus seres queridos o evitar miradas o comentarios incómodos, pero ocultar lo que estás viviendo solo alimenta el aislamiento. No se trata de contarle todo a todo el mundo, pero sí de ser honesta con quienes te rodean más de cerca. Hacerlo puede facilitar la aceptación del proceso y ayudarte a atravesarlo de forma más saludable.
Apoyo psicológico especializado: una herramienta clave
Contar con las herramientas adecuadas para afrontar este proceso es esencial. Un terapeuta especializado en infertilidad te puede ayudar a manejar las emociones que surgen durante el tratamiento. Además, la intervención psicológica es fundamental para lidiar con el duelo en caso de abortos o la frustración de un bebé que nunca llega.
El manejo emocional durante el tratamiento de fertilidad
El camino hacia la fertilidad puede estar lleno de emociones intensas: tristeza, inseguridad, ira, ansiedad, culpa, frustración… Es común que te surjan preguntas como «¿por qué a mí?», o «¿por qué no podemos ser padres?». Estas emociones son completamente normales, pero si no se manejan adecuadamente, pueden afectar tu estado de ánimo y el éxito del tratamiento.
Contar con la ayuda de un psicólogo especializado te permitirá gestionar mejor esos altibajos emocionales y reducir el estrés que impacta tanto en tu bienestar como en los resultados del tratamiento.
El duelo por la infertilidad: comprender y sanar
El duelo no solo ocurre cuando se pierde a un ser querido. En el caso de la infertilidad, también se vive un duelo por el bebé que no llega, por los planes que se desvanecen. Si el embarazo no llega a término o si no se puede concebir, el dolor puede ser profundo y muchas veces incomprendido.
Es importante atravesar este duelo con la ayuda de un profesional. El proceso pasa por varias fases: shock, enfado, negociación, desesperanza, aceptación y finalmente, búsqueda de alternativas. Sin apoyo, estas fases pueden alargarse o volverse más difíciles de superar.
Cómo apoyar a alguien que está pasando por la infertilidad
Cuando conocemos a alguien que atraviesa esta situación, a veces intentamos consolarle con frases como «no te rindas», «seguro que llegará» o «relájate y lo conseguirás». Aunque estas palabras surgen desde el cariño, pueden resultar contraproducentes. No podemos prometer que el bebé llegará, y frases como estas pueden generar más ansiedad o sentimiento de culpa, especialmente si se sugieren factores como el estrés o la ansiedad como causas del problema.
Lo más útil es acompañar y estar presente. Frases como «estoy aquí para lo que necesites», «sé que debe ser difícil», «si necesitas llorar, estoy contigo» son mucho más efectivas. Estos mensajes transmiten apoyo sin presionar ni ofrecer soluciones que aún no existen. La persona que está pasando por este proceso necesita sentir que no está sola y que tiene el derecho de vivir todas sus emociones.
Conclusión
El proceso de afrontar la infertilidad y sus tratamientos no es solo una cuestión física, sino también emocional. Aceptar este diagnóstico requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, apoyo adecuado. No subestimes la importancia de hablar, de pedir ayuda profesional y de rodearte de personas que te apoyen incondicionalmente.